En el intrincado entramado de la existencia humana, existe una paradoja que a menudo elude nuestra conciencia: la paradoja de la libertad. Nuestra especie ha sido bendecida con la capacidad única de tomar decisiones, trazar nuestros destinos y moldear nuestras vidas de acuerdo con nuestros deseos. Y, sin embargo, la aspiración más elevada que buscamos en la vida no es otra que la libertad misma. Esta intrincada relación entre nuestra libertad inherente y nuestra incesante búsqueda de ella desenreda capas de miedos profundamente arraigados que habitan en nuestro interior.
En el ámbito de la filosofía yóguica, el concepto de "Moksha" pasa a primer plano. Moksha, a menudo traducido como liberación o iluminación, es el objetivo final del viaje yóguico: un estado de liberación de las cadenas de la ignorancia y el ego. Sin embargo, en esta búsqueda de la liberación, debemos enfrentar la aprensión innata que persiste bajo la superficie.
Sadhguru, el renombrado líder espiritual, presenta una pregunta que invita a la reflexión: "¿Tienes alguna prueba de que no estás ya en el Cielo haciendo un desastre?" Esta declaración contemplativa arroja luz sobre la ironía que impregna nuestra existencia humana. Se nos otorga la belleza y las maravillas de la vida, estamos rodeados de los esplendores de la naturaleza y equipados con el poder de tomar decisiones. Sin embargo, a menudo pasamos por alto este paraíso innato y anhelamos un cielo lejano, un reino donde creemos que reside la verdadera libertad.
Nuestros deseos de escapar del momento presente, trascender lo mundano y buscar un paraíso etéreo reflejan un miedo profundamente arraigado. Este miedo emerge desde lo más profundo de nuestro ser: el miedo a desperdiciar el don de la libertad. Nosotros, los humanos, poseemos la capacidad de crear, explorar y generar un impacto. Sin embargo, con este potencial surge el peso de la responsabilidad, y es esta responsabilidad la que a menudo provoca temor.
Como señala Sadhguru, inconscientemente aspiramos a abandonar este paraíso terrenal, buscando un refugio alternativo donde se despojen de nuestras limitaciones percibidas. En esta búsqueda incesante de una existencia "mejor", a menudo no reconocemos la belleza que nos rodea, la belleza que es parte inherente de nuestra libertad. Anhelamos un cielo más allá, sin reconocer el cielo que ya existe dentro y alrededor de nosotros.
En esta paradoja, la clave de la liberación no reside en buscar escapar de nuestra libertad, sino en abrazarla plenamente. Aceptar nuestra libertad es aceptar la responsabilidad que conlleva. Es encontrar la libertad no en la evasión, sino en la inmersión: inmersión en el momento presente, en la belleza de la existencia y en el viaje incesante de crecimiento y evolución.
En última instancia, el miedo arraigado en nuestra libertad es un llamado a despertar a la verdad de nuestra existencia. Es una invitación a reconocer que la forma más elevada de libertad no consiste en huir de nuestro paraíso terrenal sino en nutrirlo, celebrarlo y contribuir a él. Es en esta comprensión que el viaje hacia Moksha toma un giro transformador: desde la búsqueda de una liberación externa hasta la comprensión de que la verdadera liberación reside en estar plenamente presente y comprometido en el aquí y ahora.
Entonces, desenredemos las capas de miedo que ocultan nuestra libertad y entremos en el reino de la vida consciente. Reconozcamos que el cielo que buscamos ya está entretejido en el tejido de nuestras vidas, esperando que reconozcamos su presencia y bailemos en su abrazo.
Abraza tu libertad. Abraza tu paraíso.
Y aquí está el vídeo de Sadhguru encontrado en youtube: