Este artículo se inspiró en una hermosa entrevista que encontré en Instagram con Elizabeth Gilbert , autora de "Comer, rezar, amar" . Me conmovió profundamente su forma de hablar sobre las personas más pacíficas que ha conocido: aquellas que han aprendido a dejar que todas sus partes coexistan sin contradicciones .
Gilbert explica que la paz no proviene de eliminar ni controlar nuestras emociones, sino de crear un espacio interior : una especie de espacio interior donde podemos aceptar cualquier cosa que surja. Este espacio es también una especie de silencio que nos permite escuchar nuestra voz interior , escuchar lo que nos dice sin juicios ni prisas.
En esta habitación interior, nada queda excluido. No hay segregación entre lo que llamamos emociones "buenas" y "malas". Todos tienen un lugar en la mesa : el miedo, la dignidad, la vergüenza, la alegría, el orgullo, lo insignificante y lo glorioso de nosotros mismos. Nadie es expulsado.
Me encanta la metáfora de Gilbert porque me recuerda a los personajes de la película Intensa-Mente . Cada emoción desempeña un papel vital en nuestro ecosistema interior. La paz no se logra al permitir que una tome el control, sino al permitir que coexistan en equilibrio .
Cuando el miedo nos habla, por ejemplo, podría estar alertándonos de un peligro potencial. Podemos escucharlo, agradecerle su contribución y luego evaluar con delicadeza si el peligro es real o imaginario. Lo mismo ocurre con todas las demás partes: la ira, la tristeza, la alegría y la vergüenza. Cada una de ellas nos aporta sabiduría cuando estamos dispuestos a escuchar.
Es una práctica de cuidarte a ti mismo : hablar con compasión a cada parte, asegurándoles que son vistos y escuchados, y que juntos te hacen sentir completo.
Este proceso puede ser maravillosamente apoyado por el coaching . Un coach experto te ayuda a crear ese espacio interior escuchando atentamente y haciendo las preguntas adecuadas. A través de la conversación y la reflexión, puedes empezar a aportar claridad y un orden sutil a tu mundo interior, permitiendo que todas tus voces se escuchen juntas en paz, comprendidas y respetadas.
Crear este espacio interior no se trata de perfección, sino de presencia. Se trata de aprender a vivir en armonía con tu ser completo, tal como eres.
Si esta reflexión resuena contigo y te sientes listo para explorar tu propio espacio interior con guía y compasión, te invito a visitar mi página de Coaching de Vida Transformacional. para aprender cómo podemos recorrer este camino juntos.
